sábado, 29 de marzo de 2014

Los placeres de enseñar

Da mucho gusto cuando algo en lo que crees funciona.

Desde que empecé a dar clases de dibujo y pintura a niños, en el 1998, ya antes de abrir la "Escola Aberta de Arte", he visto niños muy diferentes.
Cada persona con su caracter y su circunstancia, su familia, su modo de ser educado, sus pretensiones.
Y por otro lado, yo, mis gustos, mi circunstancia y mis pretensiones.


Siempre he preparado mucho los talleres que doy. Me encanta tener ejercicios de todo tipo y muchos más de los que dará tiempo a hacer en dos horas. Juegos, espacios diferentes, esas cosas.


Todo este rollo para decir, por si a alguien le pueda servir, que ninguna de mis pretensiones funciona si no observo antes las suyas, de cada uno de ellos.
En cuanto nos conocemos, se produce algo imposible de describir con palabras, puede que sea un tipo de enamoramiento y eso es lo más.


Me gusta como son los niños, sólo necesitan que los quieran tal como son y es entonces cuando prueban a subirse a la luna, si ese día era lo previsto hacer.

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