Llevaba con nosotros cinco meses, en el techo de la cocina y la verdad es que ya le teníamos bastante cariño. Tenía varios sitios favoritos y mirábamos con entusiasmo su modo de vivir y su cuerpo bonito.
Bueno se murió y en el taller de Creatividad hoy celebramos su entierro, tomamos caramelos de eucalipto en un acto suspiroso y le cantamos ¡OH HAPPY DAY! alegremente unidos misticamente de la mano.
Los niños me encantan, captan todo cuando se hace de verdad y no abusan ni del drama ni de la burla.
Me gusta, además porque creo que es bueno hablarles de la muerte, aunque sea de tu araña, y también hablar del beneficio de otros seres vivos por muy mala fama que tengan.
Páginas
▼
Páxinas
▼
Ningún comentario:
Publicar un comentario