Ese día hacía un frío tremendo (aunque por suerte no llovió) y entre otras cosas vimos pasar un enorme barco tirado por un remolcador. Estuvimos allí hasta el anochecer, cuando se encendió el faro, y el último cuadro fue un "experimento" en toda regla, ya que Carmen lo pintó totalmente a oscuras.
Os dejamos aquí una galería de fotos de la jornada.
